Punto 3. La Iglesia de San Eutropio y el convento de Sta. Isabel
Puntos de interés:
- Iglesia de San Eutropio
- Convento de Sta. Isabel
La iglesia
La iglesia de San Eutropio en El Espinar es un templo de una sola nave en planta de cruz latina, el ábside está techado con bóvedas de crucería. Aunque los primeros vestigios son del siglo XIII o XIV, el templo actual destaca por la sencillez y grandiosidad propias del estilo Herreriano de la segunda mitad del siglo XVI. Destacando en el exterior, junto al campanario, una piedad, obra de Juan de Ábalos,. Al interior, el retablo mayor es obra de Francisco Giralte, discípulo de Berruguete. Fue realizado en 1565 y se completó con pinturas de Alonso Sánchez Coello. Entre el ajuar litúrgico destaca la sarga, pieza de tela que cubre el retablo mayor en Semana Santa, obra de Sánchez Coello. El órgano es una obra barroca de Pedro Liborna Echevarría construida entre 1709 y 1712.
La leyenda de S.
Eutropio
Sobre el origen de la iglesia de San Eutropio en El Espinar nos cuentan una bonita leyenda. Según D. Tomás Bánez de Rivera (1675): “Un pastorcillo guardaba su ganado en lo montuoso de El Espinar, junto a una fuente. Se le apareció San Eutropio y le dijo que fuese a todos los habitadores de las antiguas caserías de aquel valle y les dijese que Dios se servía de que todos viniesen a habitar y formar pueblo en medio de aquel monte, y que edificasen una iglesia junto a la misma fuente, e hiciesen patrón al mismo San Eutropio y que él intercedería para que aquel lugar fuese muy aumentado y celebrado.... Dieron crédito a la revelación y trataron de fundar el lugar, desmontando el sitio, fabricaron iglesias, formaron Concejo, construyeron casas, edificaron ermitas...”
Convento de Santa Isabel
El edificio, actualmente en ruinas, pudo tener su origen en la segunda mitad del siglo XVI. Propiedad de D. Antonio Manzorro y su esposa Dª Catalina Sollanilla y Mendoza quienes cederían, en 1575, una de sus propiedades para convertirlo en un convento de monjas franciscanas.
El convento, construido de acuerdo con el arte mudéjar, constituía un complejo de entre 25 a 26 mil metros cuadrados. Estaba formado por un noble edificio para iglesia de estilo barroco, de la que aún se puede ver unos muy lucidos estucos en sus bóvedas, una buena residencia para las monjas, una casa para la servidumbre, un albergue para peregrinos, con una gran huerta con molinos, y también, en su interior, se llegó a tener una escuela para niñas pobres de la localidad, todo ello cerrado por altos muros en piedra.
A partir del s. XIX La exclaustración, la venta en pública subasta, la falta de medios para su mantenimiento y el abandono, hicieron del edificio la ruina que presenta en la actualidad, habiendo pasado sus nobles estancias por ser posada, vivienda de funcionarios del Ayuntamiento, mercado, carpintería, cine, teatro, llegando a utilizarse como pajar, cuadras, cebaderos,...
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